Este es un breve resumen de su vida:
Juan
Pascual Pringles (n. San Luis, Virreinato del Río de la Plata, 17 de
mayo de 1795 – † Río Quinto, Argentina, 19 de
marzo de 1831), fue un militar argentino que participó en
la guerra de la independencia y otras guerras civiles.
Los
inicios
Era
un empleado de comercio que se enroló en las milicias de caballería de su
provincia, en la época en que José de San Martín era gobernador de
la Provincia de Cuyo. Pasó sus primeros años repeliendo ataques indígenas.
En
febrero de 1819 y según los cronistas independentistas se rebelaron
los prisioneros realistas confinados en San Luis, de los cuales la mayor parte
eran los prisioneros de las batallas de Chacabuco y Maipú. El
más importante de ellos era el general José Ordóñez.
Atacaron
el cuartel de la ciudad y la casa del gobernador Vicente Dupuy, pero la
rápida reacción del pueblo y de los soldados de la guarnición logró vencerlos;
entre los héroes de la jornada se contaron el joven Pringles y un
comandante riojano de milicias llamado Facundo Quiroga. Todos
los prisioneros fueron muertos en la conocida como Matanza de San Luis.
Las campañas
En
noviembre de 1819 se incorporó al Ejército de los Andes, en
el Regimiento de Granaderos a Caballo, con los que hizo la campaña
independentista al Perú. Allí participó en el desembarco en Paracas y
en la batalla de Nazca.
Cuando
un escuadrón realista se dispuso a pasarse al bando independentista, San Martín
le envió instrucciones y garantías con una pequeña partida mandada por el
teniente Pringles. Pero éste fue sorprendido por una partida realista en la
playa de Pescadores, cerca del pueblo de Chancay. Superado por el número de sus
enemigos se arrojó al mar, dispuesto a morir antes que rendirse o perder los
mensajes. El general realista Gerónimo Valdés le prometió respetar su
vida, lo ayudó a salvarse y le permitió destruir los mensajes. Estuvo
prisionero en el Callao hasta que éste cayó en manos
independentistas. Se reincorporó a su regimiento, con un escudo que decía
"Gloria a los Vencidos en Chancay".
Participó
luego de la fracasada expedición a los puertos intermedios de
la costa sur del Perú. Más tarde luchó en Junín y Ayacucho.
De
regreso a la Argentina, participó en la guerra del Brasil y tuvo una
actuación destacada en la batalla de Ituzaingó a órdenes de José
María Paz.
Se
unió a la revolución del general unitario Juan Lavalle contra Manuel
Dorrego e hizo la campaña al interior de la provincia de Buenos Aires,
peleando en Las Palmitas (cerca de la actual Junín, a órdenes de Isidoro
Suárez. Se unió a la campaña del general Paz hacia Córdoba, participando
en las batallas de San Roque, La Tablada y Oncativo.
Fue
ascendido al grado de coronel y enviado a reclutar tropas en su provincia,
regresando al frente de ellos a Córdoba. Al llegar a Río Cuarto, encontró
a la población esperando el inminente ataque de Facundo Quiroga, que se había
reincorporado a la guerra contra todas las esperanzas. Dirigió la defensa de la
villa contra Quiroga, pero cuando éste la tomó por asalto logró escapar hacia
San Luis.
El deceso
Fue
alcanzado por Quiroga y derrotado en San José del Morro. Pocos días más
tarde, nuevamente fue derrotado en las márgenes del río Quinto. Fue
alcanzado por un oficial federal que no lo reconoció y le intimó
rendición. Pringles contestó que sólo se rendiría ante Quiroga, por lo que el
oficial le descerrajó un tiro en el pecho.
Moribundo,
fue llevado a presencia de Quiroga, pero murió en camino. Quiroga cubrió su
cuerpo con su propio poncho, y la amonestación al oficial que lo había
matado resultó un elogio póstumo de su enemigo:
"¡Por
no manchar con tu sangre el cadáver del valiente Coronel Pringles, no te hago
pegar cuatro tiros, ahora mismo! ¡Cuidado otra vez, miserable, que un rendido
invoque mi nombre!"