Gerardo trabajo casi toda su vida en una tintorería familiar en la calle Chacabuco. Sin embargo hace diez año tuvo que enfrentarse a una dura realidad: Los químicos y tinturas con las que trabajaba todos los días le habían causado una afección en el hígado. Tenía que dejar de trabajar en lo único que sabía hacer. O eso creía.
Gerardo tenía una afición por los juegos de ingenio y de mesa y coleccionaba todos los que podía. Pensó entonces si podía ser él que creara estos juegos artesanales y así trabajar de eso. Consiguió materiales en una maderera y así comenzó. Y ahora dice que en este trabajo le encanta el ambiente que hay, el aire fresco, saber que puede ir a cualquier hora sin que nadie le diga nada y que con sólo trabajar en la mañana vive bien.
A pesar de que tuvo un
momento difícil en su vida, él siguió
adelante, hizo un cambio y pudo continuar. Gerardo es prueba de que a veces hay
que arriesgarse, y aunque se cambien algunos aspectos de la vida de una
persona, se puede seguir adelante, y se puede vivir mejor.
En este vídeo veremos también algunas de las resoluciones de los juegos que vende (no todos claro, sino se quedaría sin trabajo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario